HISTORIAS DE LA RADIO

 A mis compañeros de Vocesyletras  con todo mi cariño.(Publicado en el boletin de la Emisora)

Si me llegan a decir hace unos pocos años que llegaría a disfrutar de nuevo escuchando programas de radio quizás me reiría, pero a veces el mundo gira como si se tratase de un circulo, como ese pez que se muerde la cola y no tiene fin.

Escuchando ayer Lunes a Luis en su programa de ”Aquellos viejos tiempos” vinieron a mis sentidos las escenas cotidianas de cuando niña nos conectábamos a la emisora local de radio para deleitarnos con las canciones de la época en aquel legendario programa que se llamaba “Ecos de sociedad” que puntualmente nos alegraba las sobremesas del fin de semana con las dedicatorias que el novio ausente, el marido feliz en su aniversario de boda, los hijos agradecidos en el día de la madre, el soldado que se despedía porque se iba destinado lejos, el marinero que zarpaba hacia mundos y mares desconocidos, dedicaban a sus seres queridos, pero no solo era eso, los que tienen una edad mas o menos parecida a la mía se acordaran de las míticas radionovelas de Don Guillermo Sautier Casaseca, interpretadas por Matilde Conessa, haciendo pareja con Pedro Pablo Ayuso.
¿Quién no recuerda las lacrimógenas “El cielo que nunca vi” "Simplemente María” o "Lucecita” entre otras muchas que hacían las tardes mas amenas mientras nuestras madres cosían, preparaban las meriendas, o lavaban la ropa en aquellos pilones enormes donde hasta las mas grandes mantas tenían cabida. 
Y es que la radio se oía por toda la casa, alegrando el ambiente y dejando hacer al mismo tiempo las mil y una tareas del hogar.

Las noches eran mágicas cuando alrededor de la mesa mi padre encendía el Telefunken Campanella,(uno de los mejores en su época) y al ritmo del Negrito del África tropical que nos invitaba a degustar el cacao mas español de todos, el archiconocido Cola Cao, daba paso a la serie de moda "Matilde-Perico y Periquín" una familia muy española con sus historias y sus quehaceres diarios, sustituida después años mas tarde por la familia del Abuelo Porretas, y no quiero olvidarme de las tardes de los domingos invernales, cuando llovía y hacia frío, al lado de la cocina de leña, nos entreteníamos jugando a las cartas una partida de Tute mientras sonaban los goles del "Carrusel deportivo" el programa radiofónico mas futbolero de todos.

¡ah que recuerdos! por unos instantes vi a mi abuela Clara bordando a la luz del ventanal del salón donde en una repisa de madera que había hecho el tío Lázaro y que mi madre cubrió en parte con un tapete de encaje estaba el aparato de radio, sin saberlo, Luis, me devolvió a una época que aunque no olvidada tenia aletargada en mis recuerdos, y es ahí cuando me di de cuenta que la magia de las ondas de la radio aun esta presente en medio de todo un mundo de tecnología, donde con solo darle a un botón ya escuchas la voz de tu locutor favorito, o los consejos de tu locura amiga.
Son mis historias, las historias de todos nosotros, de una radio que aun vive y se mueve, no en el viejo Telefunken Campanella pero si a través de mi ordenador, y que nos hace descubrir que el mundo a pesar de todo no ha cambiado tanto,o que si cambió, lo esencial lo puro y verdadero sigue ahí, como nuestros sentimientos los que compartimos con los demás sin importarnos las fronteras que las ondas atraviesan sin permiso alguno.

¡Gracias Luis! Manola Vázquez López.